Mucho se esta oyendo hablar últimamente del “mommy makeover”, tendencia que traducida a nuestro idioma viene a significar la “renovación, nuevo look o remodelación de la mamá”.
Realmente estamos hablando de la cirugía estética postparto.
Y es que de todos es sabido que la maternidad conlleva unos cambios físicos y corporales que en ocasiones son indeseables:
Los senos durante el embarazo y lactancia sufren una serie de cambios destinados a la producción de leche, y son en líneas generales un desarrollo notable de la glándula mamaria, con aumento global del tamaño. Posteriormente esa misma glándula se atrofia al no tener que realizar esa función secretora. Como consecuencia se produce una pérdida de volumen en general, la pérdida de firmeza y la “ptosis” o caída de los senos.
El abdomen por su parte, se estira para poder albergar al bebé, de tal manera que se pierde su firmeza cutánea.
La musculatura abdominal también sufre cambios, del mismo modo que la piel se distiende, lo hacen también los músculos abdominales. Una alteración típica del embarazo es que los músculos rectos abdominales (los responsables del llamado six-pack o tableta de chocolate) se separan de la línea media, manteniéndose esta separación ya después del parto, lo que se denomina “diástasis de rectos”, y que provoca una protusión abdominal, una especie de barriguita en la zona central del abdomen, que sucede incluso en pacientes delgadas y con buena tonicidad muscular.
Estos cambios físicos a veces son difíciles de encajar en el marco de la exigente sociedad donde vivimos hoy en día, donde la apariencia física, la salud, el estar “fit” o en buena forma física, se han convertido en algunas de las preocupaciones más relevantes de la población.
El conjunto de todos estos factores hacen que muchas mamás, tras haber cumplido su sueño de ser madres, no quieran renunciar a su apariencia física anterior.
El “mommy makeover” consiste en un conjunto de procedimientos de cirugía plástica y estética, cuya finalidad es devolver a la mamá su aspecto anterior o paliar los cambios corporales secundarios al proceso de embarazo.
Se debe en primer lugar hacer una evaluación médica a la paciente, ya que en cada una de ellas las necesidades serán diferentes y se ha de individualizar el tratamiento.
Los procedimientos que habitualmente se incluyen en el “mommy makeover” son la abdominoplastia, la reparación de la diástasis de la musculatura abdominal, la mamoplastia, y en ocasiones la liposucción de ciertos acúmulos lipídicos.
Pese a que en la prensa se pueden encontrar noticias en las que se comenta que hay ciertos procedimientos como la abdominoplastia que se realizan en el mismo acto del parto, concretamente si se trata de un parto por cesárea, para la mayoría de expertos y especialistas en cirugía plástica esto supone una temeridad por varias razones:
En las guías americanas se recomienda someterse a estas cirugías una vez se concluya la época de concepción de los hijos, y al menos 1 año tras el último embarazo, para realizar la cirugía en condiciones físicas de estabilidad, tanto física como psicológica.
Si quieres información sobre este procedimiento no dudes en consultarnos en Clínica Moltó.