En mi consulta, cada vez con más frecuencia, soy testigo de una historia que se repite: la de un éxito rotundo que, paradójicamente, trae consigo una nueva frustración. Pacientes que, gracias a la ayuda de fármacos como Ozempic o Wegovy, han logrado una hazaña increíble —perder una cantidad significativa de peso— y que, sin embargo, no se sienten completamente en casa en su nuevo cuerpo. Han ganado la batalla a la báscula, pero ahora se enfrentan a un nuevo reto: el espejo les devuelve una imagen que no se corresponde con su esfuerzo ni con su vitalidad recuperada.

Esta es la realidad de la pérdida masiva de peso: una victoria que deja una secuela, la “cara B” de un gran triunfo. Hablamos de la laxitud de la piel, ese peaje que nuestro cuerpo paga cuando el continente no ha tenido tiempo de adaptarse a un contenido que ha disminuido drásticamente.

La Piel y su Memoria: ¿Por Qué Ocurre Esta Flacidez?

Imagino la piel como un globo que ha estado inflado durante mucho tiempo. Al deshincharlo rápidamente, es muy difícil que recupere su forma y tersura originales. Su elasticidad, especialmente a partir de cierta edad, tiene un límite. La pérdida de peso acelerada no le concede el tiempo necesario para retraerse y ajustarse a la nueva silueta.

El resultado es un exceso de piel que tiende a acumularse en zonas críticas, convirtiéndose no solo en una preocupación estética, sino también funcional:

• Abdomen: El llamado “faldón abdominal”.
• Cara interna de brazos y muslos: Zonas donde la piel es más fina y sensible al descolgamiento.
• Glúteos: Pierden su proyección y firmeza.
• Rostro y cuello: La pérdida de volumen graso facial puede avejentar la expresión, dando un aspecto cansado o triste.

“Ozempic Makeover”: Redibujando la Silueta, Restaurando la Confianza

Aunque el término “Ozempic Makeover” pueda sonar a moda, en realidad describe una filosofía de trabajo que llevamos aplicando años en pacientes post-bariátricos: un conjunto de procedimientos altamente personalizados para restaurar la armonía corporal. No se trata de “quitar piel” sin más, sino de esculpir el cuerpo para que refleje la salud y el bienestar que el paciente ha ganado.

Mi labor como cirujano es ofrecer un arsenal terapéutico adaptado a cada historia personal:

• Cirugía del Contorno Corporal: Procedimientos como la abdominoplastia, el lifting de brazos (braquioplastia) o de muslos (cruroplastia) son los pilares para eliminar el exceso de piel y tensar los tejidos. A menudo, se combinan con una liposucción de refinamiento para pulir el contorno en áreas donde aún persiste algo de grasa localizada.
• Rejuvenecimiento Facial: Ante la pérdida de volumen facial, el lifting facial y cervical devuelve la tensión a los tejidos, mientras que el injerto de grasa propia (lipofilling) es una herramienta magnífica para restaurar de forma natural los volúmenes perdidos en pómulos, sienes o surcos.
• Tratamientos Complementarios: Tecnologías como la radiofrecuencia o los ultrasonidos pueden ser aliadas en casos leves o como complemento para mejorar la calidad de la piel tras la cirugía.

El Paciente Ideal: Estabilidad y Expectativas Realistas

La pregunta clave no es solo “qué hacer”, sino “cuándo hacerlo”. El candidato ideal para estos procedimientos es alguien que ha alcanzado una meta fundamental: la estabilidad de su peso. Recomiendo siempre esperar un mínimo de 6 meses con un peso estable antes de plantear cualquier intervención. Este tiempo es crucial para que el cuerpo se equilibre y los resultados de la cirugía sean duraderos y predecibles.

Igual de importante es la estabilidad emocional y tener unas expectativas claras y realistas sobre lo que la cirugía puede lograr.

Más Allá del Espejo: El Verdadero Impacto

Sería un error pensar que estos procedimientos tienen un fin puramente estético. La mejora va mucho más allá. Eliminar los pliegues de piel no solo devuelve un contorno más definido, sino que pone fin a problemas de higiene, rozaduras e infecciones cutáneas. Mejora la movilidad, facilita la práctica de deporte y permite al paciente vestir con la ropa que desea, sin complejos.

Pero el beneficio más profundo que observo es el psicológico. Es el punto final a un largo y, a menudo, difícil viaje. Es la sensación de coherencia, de alinear por fin la imagen externa con el sentimiento interno de logro y renovación. Es, en definitiva, sentirse cómodo en la propia piel.

Mi objetivo en la Clínica Dr. Moltó siempre ha sido acompañar al paciente en este capítulo final. Nuestro enfoque se basa en una valoración honesta y una planificación meticulosa, entendiendo que cada cuerpo es el mapa de una historia única.

Si has recorrido el admirable camino de la pérdida de peso y sientes que tu piel te impide disfrutar plenamente de tu éxito, te invito a que tengamos una conversación. Juntos, podemos diseñar el plan que te permita cerrar ese círculo y empezar tu nueva etapa con la confianza y la imagen que mereces.